He escuchado en incontables ocasiones que el rock ha muerto, que ya nada es igual y que la cosa con el rock va en decadencia, yo no puedo estar más en desacuerdo. Vivimos en una época donde la música se encuentra al alcance de un click y tenemos infinidad de bandas a nuestro alcance; decir que el rock ha muerto es negar el trabajo de bandas como Royal Blood, King Gizzard & The Lizzard Wizard, The Claypool Lennon Delirium o, Queens Of The Stone Age.
Las primeras bandas que mencioné resultan jóvenes, relativamente, pues su origen se remonta al 2010 y posteriores, lo cual las hace ver en pañales si las comparamos con bandas como New Order, ¿pero qué sucede con bandas como QOTSA? Bandas que llevan más de 20 años en la escena y su trabajo se ve agredido cada vez que decimos que el rock ha muerto.
Queens Of The Stone Age, conformada actualmente por Josh Homme, Troy Van Leeuwen, Dean Fertita, Jon Theodore y Michael Schuman, tiene su origen en 1997, justo después de la disolución de Kyuss —banda a la que perteneció Homme—, a quienes se les atribuye la creación del Stoner
Rock y cuyos sucesores en la línea fueron QOTSA. A pesar de haber sufrido severos cambios en su alineación, por las cuales pasaron figuras como Dave Grohl o Mark Lanegan, jamás han cambiado la quintaesencia de la banda: su sonido agresivo, molesto y dicotómicamente suave se ha mantenido a lo largo de casi 24 años y para muestra, un concierto.
Durante el Festival de Jazz de Montreux, Suiza, en 2018, QOTSA demostró como es que el rock no ha muerto y está muy lejos de hacerlo, haciendo un repaso por casi toda su discografía, Homme y compañía nos demuestran que el rock está muy lejos de morir, su actuación externa toda violencia y enojo existente dentro de su música, y la mejor forma de mostrarlo es abriendo tremendo concierto con una referencia hacía “A Clockwork Orange”, de Kubrick, recordándonos que la ultraviolencia, el enojo y el cuestionamiento hacía aquellas cosas que se imponen ante nosotros sigue vigente.
Desde “Song for the Deaf” y hasta “Song for the Dead”, QOTSA nos enseña lo que es dar un concierto redondo, de inicio a fin, con cadencia y un ritmo implacables durante más de una hora y media, mostrando el cansancio y la fatiga propia de una banda que vendió su alma al escenario, y que aún así se desafía a sí misma improvisando en vivo más solos, en cada instrumento, de los que podemos contar, y que además se pueden jactar de no fallar una sola nota, un solo compás y un solo momento; un concierto perfecto en cada sentido de la palabra.
La brutalidad con que Jon Theodore golpea la batería, la agilidad de Van Leeuwen en la guitarra, el asombroso groove de Schuman en el bajo y la actitud desenfrenada de —quien yo creo es el mejor frontman de cualquier banda— Joshua Homme III, respaldados por Dean Fertita, hacen de este concierto una joya visual y auditiva, pues más allá de una técnica pulida tras cientos de horas de ensayo, existe una química que pocas bandas muestran; una maquina de romper escenarios perfectamente aceitada y lista para despedazar el lugar donde se paren.
Si son fanáticos de Queens Of The Stone Age, así como si nunca los han escuchado, este concierto resulta fundamental y obligado para cualquier melómano, pues destruye la idea de que el rock ha muerto y nos grita en la cara que somos nosotros quienes han decidido enterrarlo: el rock sigue vivo, vigente y más fuerte que nunca, somos nosotros quienes hemos dejado de buscar y nos hemos conformado con lo que hay. Tenemos tanta música a nuestra disposición que resulta abrumador, pero si se tiran un chapuzón en las inmensas aguas de YouTube, encontrarán canciones, discos, conciertos, giras y artistas que con solo pensarlas nos recuerdan que el rock es inmortal, justo como Queens Of The Stone Age y su concierto en el estival de Jazz de Montreux.
Todo el concierto al alcance de un click, aquí:
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