Desde finales del 2020 decidí que a lo largo del año escucharía a una banda o artista diferente por cada mes, este nuevo año lo inicio con mi banda favorita y la que pasó de ser un proyecto indie a una de las grandes bandas de la década del 2000 además de ser ya un referente cultural.
El primer acercamiento que tuve con esta banda fue por ahí del 2005 cuando se había estrenado quizás el que sea su mejor disco: Demon Days. Feel Good inc. y su bajo sonaban en todas las estaciones de radio al igual que los videos musicales y debo decir que vaya que eran perturbadores para un niño de cuatro o cinco años.
La animación de Jamie Hewlett era tan extraña que el ver a Murdoc o 2D me daba escalofríos, por lo que por toda mi infancia no tuve conocimiento alguno sobre la banda y sus integrantes.
No fue hasta que yo iba en primero de secundaria cuando escuché la canción de 19-2000, una bastante curiosa y chill. Esta canción hizo que naciera en mí un deseo de saber que había sido de la banda y poco a poco comencé a escuchar más canciones de su llamada fase uno, canciones como Rock the house y la legendaria Clint Eastwood.
Así fue como de a poco me iba metiendo en el mundo de esta banda y en su hasta entonces relativamente corta discografía. Comencé con su disco homónimo, un disco que lo qué tiene de extraño lo tiene de excelente. Ésta es quizá la etapa más experimental del proyecto de Albarn y Hewlett con fusiones extrañas de Trip Hop, Reggae, Punk y un poco de electrónica. Por mucho tiempo este fue mi disco predilecto ya que canciones como 5/4, re-hash, M1A1, Sound check y left hand suzuki method hacían que me fuera imposible escuchar otra cosa.
Sin embargo tuve que continuar con la discografía y me salté el Demon Days que aún no estaba en mi posesión, por lo que procedí a escuchar el Plastic Beach y Wow debo decir que mi cabeza explotó. Escuchar canciones como White Flag, Empire Antz, Stylo, Rhynestone eyes y On Melancholy Hill provocaron que sintiera miles de cosas, incluso miedo con los videos de las canciones Glitter Freeze y Superfast Jellyfish.
Cada que escuchaba Empire Antz sabía que algo poderoso se acercaba ya que los cambios de ritmo en la canción provocaban que me sintiera de una manera distinta la usual.
Finalmente tuve en mis manos el codiciado Demon Days y en cuanto lo comencé escuchar me convencía más y más del talento de Damon Alban y Jamie Hewlett de quienes hasta ese momento no sabía nada.
En lo personal creo que el Demon Days es de esos discos que es mejor escucharlos en el orden presentado ya que el viaje que Albarn y Noodle nos presentan es uno que nos lleva a través de los rincones más oscuros de la sociedad actual y que tiene como hilo conductor a la violencia hasta llegar a un final cuasi divino con Don’t Get Lost in Heaven y Demon Days que a grandes rasgos nos dicen que todo eventualmente estará bien.
Fue en ese punto cuando comencé a sentir más intriga por la banda y a preguntarme ¿quienes eran los Gorillaz? Y si eran una banda virtual ¿quienes tocaban en vivo?
Las respuestas a estas preguntas comenzaron a llegar cuando mi papá me introdujo a Blur con una canción llamada Girls and Boys. Mi papá me dijo que la persona que cantaba era la misma responsable de haber creado a la banda virtual y fue así como conocí a Damon Albarn, el front man, vocalista y principal encargado de todo lo relacionado a la música del proyecto.
Aunque ya conocía a una de las mentes maestras, aún me faltaba conocer a la superestrellas.
Aquí es donde vino el verdadero mindfuck para mí ya que al estar investigando me di cuenta que todos los personajes: 2D, Murdoc, Russel y Noodle tenían su propia historia y no solo eso sino que varios capítulos de ella eran narrados en los videos musicales de la banda.
Lo que de niño me espantaba y aterraba comenzó a gustarme, poco a poco empecé a consumir más y más videos de la banda como si se tratara de una nueva caricatura. Desafortunadamente así como mi ímpetu y nuevo gusto por la banda se desarrolló como él avatar, se esfumó de repente.
Conforme iba construyendo el rompecabezas que Plastic Beach era, me iba dando cuenta que algo no estaba del todo bien o que faltaba y mis sospechas se hicieron realidad cuando llegué al final del video de Rhynestone eyes. La historia que Jamie Hewlett había estado construyendo terminó en un cliffhanger abrupto que sólo nos mostraba a una quemada Noodle salir del mar con un Russel gigante. Más tarde me enteraría que se debía a una crisis que enfrentaba la disquera EMI al igual que disputas internas en la banda que provocaron que el proyecto estuviera congelado por siete años, de hecho se pensaba que jamás volveríamos a ver a la banda, tanto así que se filmo un video especial para el single Do ya thing que servía como una especie de epílogo para los personajes, donde sin ninguna explicación los veíamos vivir a todos juntos en una casa en lo que presumiblemente era Inglaterra.
Intenté buscar respuestas en el disco de The Fall, pero mi resultado fue el mismo: nada. Durante todo este tiempo mientras mis demás compañeros escuchaban a DJ´s y demás música pop del momento, yo me la pasaba escuchando a Gorillaz y preguntándome si los volveríamos a ver algún día.
Afortunadamente para mí la respuesta fue un si ya que mientras muchos lloraban la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales del 2016, el internet estallaba no sólo por dicha noticia sino que al mismo tiempo se estaba informando que Gorillaz regresaba con un single que sería parte de un nuevo proyecto discográfico.
Gorillaz estaba de regreso con nuevos artistas invitados, pero la banda ya no era aquella medio indie que tenía animaciones por integrantes, ya que esos siete años que estuvieron fuera del radar sirvieron para convertirlos en algo más allá que una banda de culto.
Fue en el vive latino del 2018 que Gorillaz regresó no sólo al ojo público sino que regresó a nuestro país para estelarizar una de las mejores ediciones del festival del autódromo de la ciudad y también donde mi sueño de verlos en vivo se cumplió. Finalmente entendí lo que todos sintieron cuando Justin Bieber o Lady Gaga vinieron por primera vez a nuestro país.
A pesar de que desde su regreso descuidaron el apartado narrativo y que sus videos ya no tienen el mismo impacto argumental de sus primeros años, la banda no ha sacado ni un disco flojo o malo y lo deja en claro en su último material Song Machine Season 1, donde colaboraron con artistas tanto de renombre como Robert Smith, Beck, Elton John hasta talento recientes como St. Vincent, slowthai y slaves.
Escuchar a Gorillaz va más allá de escuchar música, ya que éste es uno de los proyectos más ambiciosos tanto musical como visualmente. Su discografía abarca tantos géneros e ideas que resulta imposible encasillarlos en alguno o encontrar alguno con el cual no hayan experimentado.
Si no les has dado una oportunidad, te invito a que escuches lo que 2D, Murdoc, Russel y Noodle junto a Damon y Jamie son capaces de ofrecerte, estoy seguro que en su amplio catálogo de canciones encontrarás algo que te guste.
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